Habíamos estado dando un paseo por los alrededores del Faro de Peñas, en Asturias, en una tarde nublada de verano. De repente, como si fuese la hora del cierre, la multitud de turistas que invadía el lugar comenzó a emprender el camino de regreso y, en un instante, los coches desaparecieron del aparcamiento, dejando sola a esta Harley que parecía quererse asomar al acantilado a disfrutar del paisaje. Justo en ese momento, el Sol logró hacerse un hueco entre las nubes... Y, bueno, ahí estaba yo con mi cámara.

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